Esta breve biografía del Beato José de Anchieta, Apóstol del Brasil, va dirigida especialmente a los católicos tinerfeños. El título no es mío. Lo he tomado de nuestro primer historiador José de Viera y Clavijo (Realejo Alto, 1731 - Las Palmas, 1813).
Viera y Clavijo no se distinguía precisamente por su amistad con los jesuitas. Era un clérigo “ilustrado” y había recibido con complacencia la expulsión de la Compañía de Jesús de los reinos de España por Carlos III en 1767.
Pero, como historiador serio, hace suya esta frase del cardenal Álvaro Cienfuegos (Oviedo, 1657 -- Roma, 1739) en su famosa biografía de San Francisco de Borja:
El Cardenal Cienfuegos refiere largamente la fructuosa predicación de estos operarios (los jesuitas), especialmente en Tenerife, añadiendo que pagó aquella noble isla con mano generosa este cultivo de la Compañía en solo un hijo suyo, EL PORTENTOSO PADRE JOSÉ DE ANCHIETA, taumaturgo de la América, cuya fama espera cada día ver sus virtudes colocadas sobre la adoración y sobre el ara.
Podía haber completado Viera a Cienfuegos diciendo que la isla de Tenerife le pagó a la Compañía “por adelantado”. Pues los primeros jesuitas castellanos llegaron a nuestra isla, de camino para la Florida, en 1566, enviados por San Francisco de Borja, cuando José de Anehieta llevaba ya 15 años de jesuita, y 13 de ellos de misionero en el Brasil...
José de Anchieta nació en La Laguna el 19 de marzo de 1534, el mismo año en que Ignacio de Loyola reunía en Paris a sus primeros compañeros. A los 14 años de edad fue enviado a estudiar Fiosofía a la Universidad de Coimbra con su hermano Pedro, hijo mayor del primer matrimonio de su madre, que iba a estudiar Derecho Canónico para ordenarse de sacerdote.
Terminados los tres años de Filosofía, ingresó José en la orden ignaciana el 1 de mayo de 1551. Apenas hubo terminado su Noviciado, a los 19 años de edad, fue enviado a la Misión del Brasil con la tercera expedición de jesuitas, que salió de Lisboa el 8 de mayo de 1553 y llegó a Bahía el 13 de julio, después & dos meses y cinco días de navegación. Era el más joven misionero del Nuevo Mundo. En el Archivo Romano de la Compañía de Jesús se conservan cartas suyas dirigidas a los cinco primeros Generales de su Orden:
San Ignacio de Loyola, el Fundador, pariente próximo de los Anchieta de Urrestílla y Azpeitia.
Diego Laínez, teólogo del Papa en el Concilio de Trento.
San Francisco de Borja, “primo” del Emperador Carlos.
Everardo Mercuriano, belga, que nombró al Padre Anchieta 5° Superior Provincial del Brasil.
Claudio Aquaviva, italiano, durante cuyo largo gobierno murió el santo tinerfeño (9 de junio de 1597).
La Laguna, Coimbra y la inmensa costa brasileña desde Pernambuco a San Vicente, con frecuentes incursiones a lo que llamaban ‘sertón” o “mediterráneo”, fheron los tres escenarios donde se desenvolvió la vida “portentosa” de José de Anehieta.
Catorce años en La Laguna, cinco en Coimbra y cuarenta y cuatro en el Brasil
portugués (1553-1580) bajo los reinados o regencias de Don Juan III, Doña Catalina de
Austria, el joven Don Sebastián y el Cardenal infante Don Enrique; y en el Brasil castellano (1580- 1597) bajo Felipe II de Castilla y 1 de Portugal. Es de advertir que cuando Felipe de
Austria heredó legítimamente la corona de Portugal, Anchieta llevaba ya tres años de
Superior Provincial del Brasil.