Esta obra, realizada por los hermanos Vallmitjana en el inmueble que en la plaza de la Paz , al final de la Rambla de Santa Mónica, en la parte opuesta de las Atarazanas, servía de taller de fundición de cañones, consistió en una alegoría de la Industria y el Comercio, enmarcando el escudo de la ciudad. Venancio Vallmitjana, ejecutó el boceto de conjunto para que en la composición reinara la consiguiente unidad.
Una vez aprobado el modelo, Jerónimo Suñol y Escobedo ayudaron a sacar de puntos las estatuas, al trasladarlas al mármol. Venancio realizó una de ellas y la otra su hermano, por lo que la tarea del aquel joven Suñol se reduce a una colaboración. No obstante parece importante consignarla por ser, quizás, la primera de su vida en encargos de importancia.